Para aquellos que buscamos en la iluminación de exteriores un toque de encanto, una rememoración de tiempos pasados.
Creo que encontraremos en lo faroles esa luz no intensa, ambiental y encantadora que dará a nuestro espacio esa calma y placidez de las noches de verano cuando somos acompañados con el rítmico canto de los grillos.
No creo que nadie pueda quedar desencantado, la variedad es tanta que abarca cualquiera de los estilos.
Hechos de forja con mayor o menor complejidad, los que la imitan.
Los hay en aluminio, plástico, papel, terracota o los bellísimos faroles granadinos.
Mury, un beso