La planificación es fundamental a la hora de afrontar el diseño y la decoración de un cuarto, en el caso de la habitación de un niño resulta aún más importante, puesto que no se trata de decorar para nosotros mismos, sino que debemos ponernos en el lugar del niño en cierta medida para que el cuarto resulte un espacio ideal para él. En ese sentido existen una serie de cuestiones primordiales que debemos tener presentes durante todo el proceso de distribución de espacio, elección y ubicación del mobiliario y composición de los detalles decorativos.
Podemos centrarnos en tres apectos básicos que constituirán el punto de partida de la tarea de decoración del cuarto de nuestros hijos:
1. El cuarto debe ser funcional en tres sentidos, el niño, en general, utilizará el cuarto para tres actividades: descansar, estudiar y jugar. Las tres actividades son igual de importantes para su desarrollo en todos los sentidos y por ello cada una de ellas debe tener su espacio asignado en la habitación, que permita desarrollarla de forma confortable. El cuarto necesitará de una buena cama, una mesa de estudio amplia, con una silla cómoda y cajones o estanterías donde el niño pueda colocar ordenadamente los libros y el material escolar y también espacio libre donde poder disfrutar de sus ratos de ocio de forma relajada.
2. El mobiliario debe ser dinámico y evolutivo, adaptándose tanto a las posibilidades como a las necesidades del niño y a su evolución, debemos tener en cuenta que el niño cambiará con rapidez tanto física como psicológicamente y cambiarán sus gustos, aficiones y obligaciones en pocos años, por lo tanto los muebles multifunción y modulares, como elementos flexibles y que permiten cambios en su disposición, son especialmente adecuados en estos casos, puesto que podremos hacer que evolucionen en paralelo con el desarrollo del pequeño.
3. Los elementos decorativos deben ayudar al desarrollo y la educación del niño, debemos tener presente que nuestro hijo pasará mucho tiempo en su habitación, el entorno tiene una gran influencia en el estado de ánimo de las personas y más en los niños que están en proceso de conformar su personalidad. Por lo tanto la elección de los colores y los adornos es importante, pero no es necesario completar la decoración en un día, podemos ir añadiendo detalles progresivamente, cuando encontremos algo que realmente nos guste y nos parezca adecuado. Buscaremos siempre elementos de la naturaleza, motivos alegres y dulces, que ayuden al niño a crecer feliz y en ningún caso debemos recargar el cuarto con un exceso de accesorios, sino que deberemos decorar con pocos detalles bien elegidos.
