Vestir tu salón de fiesta

Tienes una cena un poco más importante que de costumbre y necesitas vestir tu casa a juego con la importancia de dicho evento. Hay una serie de truquitos que puedes seguir para ser la anfitriona perfecta. ¿Sabes eso de que se come con los ojos? Pues también se disfruta con los ojos, es decir, si envuelves tu fabulosa cena en un ambiente de elegancia, tus invitados tendrán la sensación de haber cenado en el mismísimo Ritz.

Mesa perfecta

Comienza con la mesa: El mantel es uno de los elementos más destacados de una buena mesa. Como sabes, lo más distinguido es escoger uno de color claro sin embargo, como también sabrás, no es el color perfecto para el gran abanico de manchas que pueden acabar adornándolo. De todos modos, tendrás que lavarlo y ciertas manchas serán difíciles de quitar, así que sigue tu instinto y escoge sencillamente el que más te guste.

Siempre resulta práctico tener reservada una vajilla para las “ocasiones especiales”, por ejemplo, esta misma. Coloca ambos platos: el llano y el hondo y deposita sobre este la servilleta. Nada de cisnes ni formas extrañas, enróllala y adórnala con un bonito servilletero, conseguirás darle un toque de lo más elegante.

La cubertería y la cristalería también son elementos importantes pero, en mi opinión, en menor grado que la vajilla. Reparamos menos en si son bonitos o no. Lo correcto sería poner dos copas, una para vino y otra para el agua.
Y por último, lo que resulta más decorativo en sí. No utilices objetos muy grandes, tus invitados no se verán entre ellos y, además, acabarán estorbando en tu perfecta mesa. Coloca algún que otro pequeño centro de mesa, por ejemplo unos jarrones con un par de flores frescas y habrás conseguido tu objetivo. Imagen de La tela de nuestras vidas.

Scroll al inicio